Dolor de espalda baja

Dolor de espalda baja

El dolor lumbar o lumbalgia tiene como síntoma principal el dolor centrado en la columna vertebral lumbar. Es un síndrome musculoesquelético o conjunto de síntomas que se suelen localizar entre la región subcostal y la sacra. El dolor puede irradiarse con frecuencia hacia sacroilíacas, ambos glúteos y/o muslos.

El dolor lumbar es el problema de salud musculoesquelético más importante y común del mundo occidental y de cada vez en más países del mundo. Se asocia con una gran discapacidad y a una gran carga económica para la sociedad ya que afecta en parte a la población en edad laboral.

Debido a que es considerado un trastorno común e incapacitante, padecer dolor lumbar es la principal razón para buscar atención médica.

Se estima que alrededor de un 7% de la población cada año presentará dolor lumbar, se describe que más del 90% de las personas presentarán dolor lumbar durante su vida.

Factores de riesgo

A la hora de sufrir dolor lumbar existen algunos factores de riesgo. Uno de ellos es la edad, de modo que aquellos individuos que se sitúen entre los 30 y los 50 años presentan más riesgo de padecer dolor lumbar. También, tener una actividad laboral alta como los trabajos repetitivos en los que se realizan torsiones, giros, flexiones tanto laterales como frontales, levantar, empujar o trasladar objetos de forma repetida y conllevan posturas estáticas mantenidas, pueden presentar lesiones que ocasionen el dolor lumbar agudo o su recidiva por lesiones agudas o traumatismo acumulativo como en el caso de las camareras de piso o los mecánicos. También las actividades de la vida social o deportiva pueden ser causa de dolor lumbar por traumatismos directos o repetitivos de flexo extensión o vibración, como en halterofilia o en voleibol, ya que aumentará la recurrencia de procesos traumáticos y degeneración progresiva tanto muscular como esquelética.

Puede añadirse también la degeneración discal asociada al envejecimiento que ya a los 40 años de edad encontramos una degeneración discal moderada del 65% en mujeres y del 80% en hombres.

Por el contrario, la no práctica deportiva, laboral o social creará desacondicionamiento físico lo cual se considera un factor de riesgo importante tanto para la aparición del dolor lumbar agudo como para el desarrollo del síndrome doloroso lumbar crónico por la disminución de la flexibilidad, disminución de la potencia muscular y disminución de la capacidad hacia el ejercicio físico o el esfuerzo. Existen otros factores de riesgo como el tabaquismo por su toxicidad, los trastornos psicológicos, el entorno social y el factor económico, que afectan a la forma de percepción del dolor de manera negativa.

Nivel de evidencia y efectividad de las intervenciones en dolor lumbar.

(La evidencia avala el manejo con ejercicio físico guiado por un experto (por ejemplo, kinesiólogo) complementado con educación tanto en dolor agudo como crónico. Además, se ha logrado concluir que la intervención más vinculada a la prevención del dolor lumbar es el ejercicio guiado.

Teniendo en consideración lo anterior, la primera línea de tratamiento del dolor lumbar consiste en mantenerse activo del punto de vista físico, es decir, evitar el reposo absoluto en cama, asociado a la kinesioterapia motora o al ejercicio guiado.

Dispositivos como la faja lumbar no tienen evidencia a su favor, siendo más bien deletéreas a corto y mediano plazo (4 semanas y 6 meses respectivamente), debido a que sustituiría la función que debe tener la musculatura para espinal para poder responder adecuadamente al dolor lumbar. Por eso, no se recomiendan como tratamiento29. Otras intervenciones, tales como el ejercicio sin educación o sin guía de expertos y las intervenciones ergonómicas tampoco han demostrado ser efectivas en el manejo del dolor lumbar como tratamiento único.

Los analgésicos como el paracetamol y los AINEs (anti inflamatorios no esteroidales), así como los opioides (por ejemplo, tramadol) tienen evidencia a favor de su uso para el manejo del dolor lumbar, por lo cual su indicación se debe evaluar según la intensidad y tolerancia al dolor por parte del paciente, considerando también los efectos adversos de los fármacos.

El paracetamol es el que presenta mejor calidad y conclusiones de los estudios. Los relajantes musculares no tienen evidencia suficiente a su favor, no siendo recomendados como medida para tratar el dolor lumbar propiamente tal.

Existen modalidades de terapias complementarias, tales como el yoga, la quiropraxia, la acupuntura, la punción seca y la masoterapia que pese a tener recientes publicaciones, algunas han logrado documentar beneficios en el manejo del dolor lumbar, por ello deben ser consideradas al menos como una opción anexa a las otras medidas mencionadas.

En relación a estas terapias, la acupuntura es la que posee mayor documentación en la literatura científica, reportando beneficios en la reducción del dolor y discapacidad a corto y largo plazo (1 mes y 1 año respectivamente), siendo este efecto dependiente del número de sesiones realizadas.

Bibliografía

Ocete, M. R. (2020). EFICACIA DEL EJERCICIO TERAPÉUTICO EN FISIOTERAPIA PARA EL MANEJO DEL DOLOR LUMBAR CRÓNICO NO ESPECÍFICO EN ADULTOS. NPunto, 1-20.

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